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Mi tormenta.

   Estaba al filo del abismo y ni lo sabía. A punto de caer, de romperse y se hizo el silencio. Un silencio tan profundo que dolía. La calma antes de la tormenta lo llaman. De repente el sonido de sus lágrimas inundó la sala. Era un sonido ensordecedor. Dolía verla romperse, verla perder la esperanza. La miré y cada poro de su piel gritaba que me fuera, que me alejase. No podía, le debia la verdad de todo. Y fue al pronunciar un ''lo siento'' cuando supe que la había perdido, lo vi en su mirada. El dolor era tan intenso que dejó de sentir. Y yo me quedé con el silencio, mi tormenta. 

Pararía el tiempo

   Pararía el tiempo para contemplar los amaneceres y las puestas de sol desde un avión; para ver las olas romper contra las rocas , escuchar la lluvia y para sentir el sol en los dias nublados.  Pararía el tiempo por esos 5 minutos más; para tener más tiempo en las despedidas, poder pensar mejor el encuadre de una foto y para disfrutar de mi canción favorita. Y tú, ¿por qué pararías el tiempo?

Pareja perfecta

La pareja perfecta, un ideal poco realista; un espejismo; un imposible. Nadie es perfecto y, por ende, ninguna pareja lo es. La perfección está sobrevalorada, idealizada y monopolizada por el romanticismo. Así que dejemos de buscar lo inexistente.

Cómo ha sido posible

   Cómo ha sido posible. No es por qué ni cuándo ni dónde, es cómo. Cómo en letras mayúsculas. Cómo empezó. Cómo evolucionó. Cómo ha sido posible. El cómo es la cuestión; el dónde, el cuándo y el por qué son irrelevantes. Cómo somos uno. Cómo apostamos el uno por el otro. Cómo ha sido posible. Cómo, dónde, por qué, cuándo. La irrelevancia del cómo aflora y el amor esboza una sonrisa al recuperar importancia. Cómo ha sido posible. Con amor, así ha sido posible. 

Rota

   Entonces el dolor me inundó. Todo radica en la profunda decepción que sentí, que aún siento, y en la traición. Quizá fue la frialdad, la indiferencia, el egoísmo o la inmadurez, pero fuera lo que fuese, no había excusa. Cuando entregas tu corazón, entregas tu confianza, y si se rompe el equilibrio la balanza se tambalea. Ese fue el punto de inflexión. Entonces el dolor me inundó y me di cuenta de que tenía el corazón roto, destrozado. 

Quizá

   Quizá sea su efímera eternidad o sus colores de alas de mariposa. Quizá sea lo que simboliza, un final, un principio. Quizá sea su naturaleza salvaje; la calma que transmite o su capacidad de parar el tiempo, porque cuando lo miro, lo admiro, todo para y solo existimos él y yo. Quizá sea su tímido aparecer. Quizá es porque sé que el horizonte es su escondite favorito o porque su luz eclipsa. Quizá sea porque las nubes le tienen envidia y ocultan su esplendor o  porque cada día es diferente, único y especial. Quizá simplemente no hay un por qué y lo más sincero sea contemplarlo en silencio, solo así nos daremos cuenta de su inefabilidad. 

Hablamos.

   Llegaste silencioso; sin palabras pero con una presencia notoria. Con una partida comenzó todo. Jugamos. Jugamos mucho. Hablaste. Hablé. Hablamos. Nos conquistamos. No era la única. Nos enamoramos; bueno, me enamoré. Hablamos. Nos vimos. Nos conocimos un poco más. Jugaste. Volví a no ser la única. Hablamos. Hablamos mucho. Nuestras familias se conocieron. Nos conocieron. Hablaron. Hablamos. Se convirtió en algo serio. ¡Qué engañada estaba! Seguía sin ser la única. Hablamos. Jugaste. Nos vimos. El sentimiento creció. Tú creciste. Yo crecí. Maduramos juntos. Hablamos. Nos vimos. Hablamos. Nos vimos. Hablamos. Nos vimos. Se convirtió en algo serio para los dos. Una relación. Fuerte. Sincera.  Real. Sin juegos. Demostrada con palabras. Predicada con hechos. Y a partir de ahora, espero que, basada en la sinceridad. ¿ A partir de ahora? ¿Ahora? Hacíamos un buen equipo. Hacíamos. Éramos. Ahora soy, eres. JUGASTE. PERDISTE. GANÉ.